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miércoles, 31 de agosto de 2011

El cambio de estación y los hábitos alimenticios

Llega el otoño y con él, el esperado cambio de estación. Dejamos atrás los calurosos días de verano, los helados, los chiringuitos playeros y el comer a deshoras y comenzamos la rutina anual de colegios, comidas en casa y ejercicio saludable para intentar meter en vereda lo que queda de nuestro tipazo tras un mes de tirarnos a la bartola en la hamaca.
El mes de Septiembre simboliza la transición del verano al otoño y aunque durante este mes podemos seguir consumiendo los últimos alimentos veraniegos, vamos a ir paso a paso dirigiendo nuestra alimentación a la selección propia del otoño. Frutas: ciruelas, melocotones, brevas, higos, uvas, chirimoyas.., verduras: Pepinos, judías verdes, espinacas, coliflor...y las estrellas del otoño: frutos secos y setas
Los frutos secos son uno de los grupos de alimentos que van a cubrir nuestras necesidades:
Las almendras son muy ricas en lípidos, potasio, fósforo, magnesio, calcio..., las avellanas tienen un claro predominio de ácidos grasos monoinsaturados, las castañas son especialmente ricas en hidratos de carbono, aportan poca grasa y pocas proteínas, las nueces son ricas en grasa con un porcentaje alto en proteína, predomina la concentración de omega 3, proporcionan vitaminas B1, B2, vitamia E, fósforo, potasio, magnesio, zinc, cobre.
Los puntos básicos para complementar nutrientes durante el otoño se concentran en equipos antioxidantes, apoyo cerebral, cardiovascular y refuerzo inmune como fase previa del trabajo nutricional del invierno.

Las setas son las reinas de esta temporada. Son ricas en agua, proporcionan un pequeño aporte proteico pero principalmente su riqueza radica en el contenido en vitaminas B1, B2, B6, niacina y ácido fólico junto a minerales como el fósforo, potasio, hierro, cobre y zinc.
 Todo ello apoyado por supuesto por ejercicio diario, caminar media hora al día de forma rápida sería suficiente para sentirnos bien aunque no viene nunca de más practicar algún deporte en grupo en el que se integren estiramientos. El ejercicio debe ser personalizado, si vas a un gimnasio pregunta a tu monitor qué es lo que más se adapta a tus necesidades. Calienta siempre antes de comenzar y estira siempre después de acabar para relajar tu musculación y evitar lesiones.

También debemos preparar nuestro cuerpo para los cambios climáticos, ahora es tiempo de resfriados y fortalecer nuestro sistema gastrointestinal con probióticos.

Los probióticos son microorganismos vivos que, ingeridos en cierta cantidad, pueden proporcionar efectos beneficiosos en el organismo. Mejoran el proceso normal de la digestión, fermentando los alimentos, incrementando la absorción de minerales, la producción de vitaminas. Favorecen la lucha protectora ecológica contra bacterias, hongos y virus patógenos, impidiendo que colonicen nuestro tracto intestinal. Colaboran en la regularización del sistema digestivo, reduciendo procesos inflamatorios y la producción de gases intestinales. Además tienen un papel inmunomodulador, mejorando la actuación de nuestro sistema inmunológico.
Las cepas más adecuadas son las Bifidobacterium lactis y Bifidobacterium infantis así como el Streptococcus thermophilus presente en el yogur y que ayuda en la digestión de los carbohidratos de la leche.

Información extraída de Solgar News http://www.solgarsuplementos.es/nav/inicio/

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