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lunes, 28 de noviembre de 2011

2º Taller de REyRI



Este sábado, 26/11/2011, tuvo lugar en el Gimnasio Okinawa nuestro 2º Taller de REyRI y fue todo un éxito.
Empezamos haciendo unos ejercicios de calentamiento, nos relajamos, nos reímos, saltamos, corrimos, llevamos a gente en volandas y nos lo pasamos pipa.
Nos encantó compartirlo con todos vosotros y esperamos que acudáis al tercero ;) y que lo disfrutéis tanto como nosotros lo hemos hecho.
Si algo destaco del taller fue el cuento con que nos deleito Jose que aquí os dejo para el recuerdo:

Había una vez, en un lugar y un tiempo que podría ser aquí y hoy mismo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, pero uno de sus habitantes no participaba de la dicha general: era un árbol que se sentía profundamente triste. El pobre árbol tenía un problema: no sabía quién era.
El manzano le decía:
- Lo que te falta es concentración, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas, es muy fácil.
El rosal le decía:
- No escuches al manzano. Mira, es más sencillo tener rosas, y además, son más bonitas y olorosas que las manzanas.
El pobre árbol desesperado intentaba concentrarse y ser todo lo que le sugerían, pero no lograba ser como los demás le decían que debía ser y por ello se sentía cada vez más frustrado y desgraciado.

Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de la aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamo:
- No te preocupes, tu problema no es tan grave. Es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. No dediques tu vida, tu esfuerzo ni tu energía a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo, conócete y aprende a escuchar tu voz interior.

Y dicho esto, el búho desapareció. "¿Mi voz interior? ¿Ser yo mismo? ¿Conocerme?"- pensaba el árbol angustiado.
Pero el comentario del búho anidó en su corazón. Y el árbol empezó a dejar de prestar oídos a los comentarios de las otras plantas. Aprendió a estar en silencio, tranquilo gozando de los rayos del sol y de las refrescantes gotas de la lluvia.
Aprendió a disfrutar del canto de los pájaros que anidaban en sus ramas, a dejarse acariciar por el viento que silbaba entre sus hojas. Su corazón se abrió y su voz interior le habló:

- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera por que no eres un rosal. Tú eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso; dar albergue a las aves; sombra a los viajeros; belleza al paisaje.
Tienes una misión cúmplela. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto fue admirado y respetado por todos, pero lo más importante es que aprendió a respetarse y valorarse a sí mismo.

Pd:
Todos somos especiales por algo y son nuestras diferencias las que nos dan ese valor.
Lu Berg

Y por supuesto unas fotos del taller para que veáis lo bien que lo pasamos tod@s.

Tomando posiciones antes de empezar

Relajando un poco cuerpo y mente

Rompiendo a reír y dejarnos llevar

Aupando a Rafa que se dejó llevar sin problemas

Después le tocó a Joaqui que estaba en su salsa

Escuchando el cuento después de correr, saltar y gritar!!



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